Rodrigo nació el pasado 7 de octubre en el Hospital of Sao Bernardo de Setúbal, una pequeña ciudad a 40 km de Lisboa.
Le faltaban los ojos y la nariz. También parte de su cráneo.
Hasta el momento de su nacimiento y pese a haberse sometido a numerosas pruebas médicas, sus padres no fueron advertidos de las deformaciones físicas severas que sufría el bebé.
Ahora, un consejo médico ha decidido suspender al doctor Artur Carvalho, el obstetra a cargo de vigilar el embarazo, para esclarecer las acusaciones de negligencia.
Tras conocerse lo que pasó con Rodrigo, han ido surgiendo en Portugal otros casos, algunos de décadas atrás, de bebés que podrían haber sufrido negligencias a manos del mismo doctor.
Su madre había estado bajo el cuidado del doctor durante los 9 meses de embarazo.
En ese tiempo, se le realizaron tres ecografías en una clínica privada y los padres dicen que el médico nunca expresó ninguna preocupación sobre la salud del feto.
Según los informes, la madre se sometió a un cuarto ultrasonido 5D, que da una imagen más detallada sobre el feto, en una clínica diferente cuando llevaba seis meses de embarazo.
Durante ese examen, el médico a cargo explicó a los padres que en esa imagen veía anomalías y habló de una posible malformación.
Cuando los padres volvieron a la consulta de Carvalho, el médico supuestamente descartó estas preocupaciones.
“Explicó que a veces algunas partes de la cara no son visibles (en los ultrasonidos). Por ejemplo cuando la cara del bebé está pegada al vientre de la madre”, dijo la tía de Rodrigo en declaraciones recogidas por AFP.
Después del nacimiento de Rodrigo y de que las malformaciones en su rostro y parte de su cabeza fueran evidentes, el hospital informó a sus padres de que el bebé sólo sobreviviría unas horas.
Sin embargo, más de dos semanas después, el niño sigue luchando por su vida bajo atención hospitalaria.
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