Si hay algo que esta pandemia ha puesto a prueba, es nuestro amor al prójimo.
La falta de amor es muchas veces uno de esos pecados que categorizamos como “menores”. Posiblemente, antes de los toques de queda, las cuarentenas, y el aislamiento social, nuestra falta de amor podía ser ignorada en medio de nuestras vidas ocupadas.
Pero las cosas cambiaron. De cierta manera, podemos ver cómo esta pandemia ha traído a la superficie nuestro pecado de falta de amor (especialmente en las redes sociales).
¿A qué me refiero? …
Un artículo en el New Yorker describe como la tasa de divorcios aumentó durante este tiempo de cuarentena. En redes sociales abundan los posts y memes sobre la necedad de las personas que acaparan papel de baño, medicamentos, y comida.
Las redes también están llenas de comentarios negativos (muchos por cristianos), llamando a aquellas personas que no respetan las reglas de cuarentena en sus países con todo tipo de insultos.
En algunos lugares, las personas de descendencia asiática y aquellos que se han enfermado con COVID-19 han recibido amenazas, a veces de muerte, hay mucha crítica de iglesias hacia otras iglesias, o de cristianos a otros cristianos, acerca de prácticas sobre cómo liderar a la congregación durante este momento histórico (por ejemplo, si deben hacer livestream o no). en fin todo lo que tenemos dentro ha salido a flote, lo han notado?
voy a contarles algo y seré muy sincera, ésto ha sido tan difícil para mí que me he sentido frustrada con las personas que han decidido salir no guardando la cuarentena. cuando leo información incorrecta sobre el coronavirus circulando las redes. ó cuando veo la irresponsabilidad de otros que se exponen ellos y el resto, siento tanto rabia y pasan por mi mente deseos poco amorosos.
Al juzgar desde mi pantalla, mi actitud no ayuda en nada. Más bien, empeora la situación. Tal vez este sea tu caso, o tal vez estás juzgando a la persona que está al otro lado de tu móvil. Les cuento que poco a poco note que esta pandemia sacaba a luz cosas que me molestaban más de lo acostumbrado. y en contraste empecé a recordar muchas de las enseñanzas de nuestro señor jesús en la biblia, así que eso me confronto muchísimo.
Se nos ha mandado amar a nuestro prójimo (Mr. 12:30-31; Ef. 4:2). No es sugerencia ni es opcional. Lo hacemos como un acto de amor y obediencia a Dios. No hay excepciones. El mismo Dios a quien obedecemos es el que nos da paz y esperanza en estos tiempos de incertidumbre. Él nos da al Espíritu Santo para que esto sea posible (Jn. 14:26).
Cuando las personas no piensan igual que tú, no significa que están equivocadas (dejando afuera las verdades bíblicas, por supuesto). Cuando te enojas con alguien, examina tu corazón y sé honesto contigo sobre qué te enojó (Sal. 139:23).
Mi deseo es que puedas examinar tu corazón y evaluarlo, quizás te ha pasado como a mi. posiblemente la convivencia ha sacado tu lado oscuro, si es así, confrontate con la palabra y se mejor hijo(a) de Dios.
Saludos!
Escrito por : Gabriela de Morales,
(bióloga y médico. hace parte del ministerio de mujeres de la Iglesia Reforma en la Ciudad de Guatemala. Actualmente vive en Nashville con su esposo y su hijo Joaquín.
Editado por: Alba Osorio.