Algunas iglesias evangélicas ya han celebrado sus primeras reuniones tras el confinamiento. Las medidas de seguridad no han opacado la alegría de estos primeros encuentros.
A medida que las fases de desconfinamiento avanzan en toda España, las iglesias evangélicas van retomando la actividad en los lugares de culto, que han permanecido cerrados durante casi tres meses.
Mientras la mayoría continúa con sus actividades de culto redirigidas al mundo virtual, la reapertura se produce todavía con estrictas medidas de seguridad: distancia social, uso de mascarillas y gel hidroalcohólico, medidas de limpieza reforzadas o la brevedad de la reducción de horarios y actividades aparecen como soluciones para llevar adelante estos primeros encuentros en medio del estado de alarma.
Los pastores de tres iglesias locales que ya han vuelto a reunirse han destacado la utilidad de disponer de un protocolo claro con las medidas de seguridad, el buen seguimiento que la congregación ha realizado del mismo y, por supuesto, la alegría de volver a verse, a pesar de las mascarillas y la imposibilidad de darse un abrazo.
“Nosotros abrimos el primer día que se permitía -17 de mayo-, y muchos hermanos compartieron con gozo el que se pudiera reabrir de nuevo”, cuenta Aurelio Esquembri, anciano de la Asambleas de Hermanos Iglesia Evangélica Vista Alegre en Murcia. “Realmente, “fue un culto especial”. Es interesante que antes del confinamiento, acabábamos de estudiar Esdras y Nehemías, así que, sabíamos lo que representaba volver del exilio”, añade.
“Una vez que comenzamos a escuchar cantar a los hermanos, supimos que valió la pena abrir”
También han celebrado su primera reunión, en Lugo, la Iglesia Buenas Noticias que pastorea Marcos Zapata. “Ha sido una experiencia muy enriquecedora, sobre todo por tres elementos que se dieron: El primero, el ver a los hermanos y sentir la cercanía y el cariño, más allá de las pantallas del ordenador. El segundo fue el poder adorar juntos… Una cosa es escuchar un mensaje por internet, pero la adoración comunitaria es insustituible. Y en tercer lugar, porque este domingo pasado tuvimos la visita de una persona, gallego, vecino de la ciudad, que entregó su vida al Señor -expresa el pastor-. Así que no puedo más que estar agradecido al Señor por lo increíble que es”.
En Salou, la Iglesia Protestante que pastorea Josué García ha tenido su primer encuentro presencial este pasado domingo, “una experiencia bastante más agradable de lo que preveíamos”, dice Josué. “La idea de congregarte con mascarilla, sin besos y abrazos, sin escuelas dominicales, cafés, no era la más atractiva, pero una vez que comenzamos a escuchar cantar a los hermanos sabíamos que había valido la pena abrir. La idea era que si nos teníamos que acostumbrar a una nueva normalidad, lo mejor era empezar poco a poco”.