Jóven se levanta en contra del Partido Comunista Chino

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El joven Zhao Yunting, originario de Shanghai, dijo que disfruta de su nueva libertad en Finlandia, donde no teme denunciar las atrocidades del régimen chino. Sus posteos en Internet, en los que criticaba a Beijing y a su política de “Cero COVID”, le valieron el encarcelamiento a los 21 años.

En una entrevista reciente con la edición en chino de The Epoch Times, Zhao habló de la persecución en su contra por parte de las autoridades chinas.

“Este es mi ideal, levantarme y oponerme abiertamente al Partido Comunista Chino (PCCh)”, dijo el joven.

Condenado por expresar su opinión

Como la mayoría de los adolescentes chinos, Zhao pasaba mucho tiempo navegando por Internet, lo que le enseñó a saltarse el “Gran Cortafuegos” y acceder a la información sin censura procedente del extranjero.

En la madrugada del 13 de diciembre de 2021, durante los cierres de COVID-19, compartió sus opiniones en la red social china Weibo sobre la opacidad de los datos chinos en relación con la pandemia, el tratamiento médico y la asistencia inadecuada de Beijing, y la falta de derechos humanos en China.

Tres horas después, la policía lo detuvo.

“Quedé impresionado por la rapidez con la que actuaron. Yo me horroricé porque Internet me enseñó lo brutal que puede llegar a ser el PCCh”, declaró Zhao.

En la comisaría, primero lo encerraron en una jaula de hierro y lo interrogaron, y luego lo llevaron a un almacén, donde lo golpearon y acosaron.

Zhao fue detenido supuestamente por “buscar pelea y provocar problemas”, una acusación que el PCCh utiliza para atacar a los disidentes y a quienes no siguen la línea del partido.

“No violé ninguna ley, sino que ejercí los derechos que me otorga la Constitución”, declaró a la policía.

A continuación permaneció encarcelado durante un mes en el Centro de Detención del distrito de Jiading, con más de 20 reclusos en una celda. No recibió asistencia médica cuando estuvo enfermo y en el lugar no había agua caliente, a pesar del frío invernal.

La policía vigiló a Zhao tras su puesta en libertad en 2022. También fue advertido para que no publicara ningún comentario crítico del PCCh.

“Fue muy desagradable”, dijo el joven. “Yo solo esperaba una sociedad libre y justa, democrática”.

Desesperación por las medidas extremas

El cierre extremo de COVID-19 fue la gota que colmó el vaso y llevó a Zhao a huir de China.

Cuando Shanghai inició el cierre a fines de marzo del año pasado, muchas personas lo pasaron mal debido a la escasez de alimentos y a la limitada asistencia médica.

Dos meses después, se extendieron por la ciudad noticias de personas que se suicidaban.

Durante el cierre, los trabajadores comunitarios llamaban a todos los residentes para que se sometieran a las pruebas de COVID-19.

“Obligaban a hacerse las pruebas diarias de ácido nucleico. Esto no tenía sentido”, declaró el joven.

Zhao creía que hacerse las pruebas aumentaba las posibilidades de infección cruzada. Él dijo que se negó, pero luego la policía lo amenazó y coaccionó.

No tenía dónde esconderse, ya que las autoridades vigilaban a los residentes a través del código QR sanitario de sus teléfonos móviles vinculado a sus identificaciones personales y a la comisaría de policía.

La opresión y el acoso de la policía le hicieron abandonar China. En marzo solicitó asilo en Finlandia.

Desde entonces, visita con frecuencia la embajada china en Helsinki para protestar contra la tiranía del PCCh.

“Hablar contra el PCCh es un placer”, afirmó a continuación.

Zhao se siente orgulloso de poder hablar en nombre de quienes siguen atrapados y oprimidos en China.

Luego dijo que llegó a comprender claramente la naturaleza del PCCh tras conocer los numerosos casos de abusos que ocultó a lo largo de los años, como la masacre de la plaza de Tiananmen de 1989, la persecución de disidentes y seguidores de Falun Gong, las demoliciones forzosas de propiedades y la sustracción de órganos de presos de conciencia vivos.

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